MÚSICA POP
Chris Frantz: «David Byrne siempre quería ser el centro de atención de Talking Heads»
El músico estadounidense publica «Amor crónico», las memorias donde narra el ascenso y declive de una de las bandas más revolucionarios de la historia del rock comercial
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La última vez que Chris Frantz (Fort Campbell, EE.UU., 1951) habló con David Byrne sobre una posible reunión de Talking Heads fue en 2002, poco después de que la banda fuera incluida en el . «Tina [Wey- mouth, bajista] y ... yo recibimos una oferta muy emocionante para que la banda encabezara el cartel del Bonnaroo, un gran festival de Tennessee tipo Woodstock. El promotor me pidió que lo discutiera con David, así que lo llamé y quedamos en un bar de tapas del Lower East Side, en Nueva York. Era una noche muy nevada y todo fue muy cordial, con David y yo solos. Me dijo que le gustaría pensárselo el fin de semana».
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No era la primera oferta que recibían, puesto que la obra de los Heads no ha dejado de ser revisada a través de múltiples antologías y reediciones de sus nueve discos de estudio -incluidos los de su larga colaboración con Brian Eno-, desde su separación en 1991. Oportunidades perfectas para redescubrir a uno de los grupos más revolucionarios de la Historia del rock comercial, a las que se sumaron en julio las memorias que Frantz, « Amor crónico » (Libros del Kultrum, 2020), donde narra con sorprendente sinceridad el ascenso y declive de la formación que sentó las bases del sonido de la nueva ola.
«La mayor diferencia entre Talking Heads y las bandas de punk es que a nosotros nos gustan y Funkadelic ... Si alguien le pregunta al cantante de los Sex Pistols si le gusta KC & The Sunshine Band, estoy seguro de que le escupiría en la cara», señalaba el batería en 1977, cuando el cuarteto compartía escenario y tiempo en el CBGB con las fugaces estrellas de aquel movimiento que no tardarían en dejar atrás. A estos estudiantes de la Escuela de Diseño de Rhode Island el punk se les quedó pequeño y tuvieron que improvisar la etiqueta de art-rock que fascinó a Warhol y Lou Reed .
–¿Le contestó David Byrne?
–Pocos días después me envió un correo diciendo que nunca, bajo ninguna circunstancia, se reuniría con Talking Heads y que jamás volviera a preguntárselo. Luego descubrí que encabezaría él solo el cartel del Bonnaroo Music Festival, con canciones de Talking Heads.
–Le habrán preguntado por la reunión de Talking Heads infinidad de veces en los últimos treinta años…
–Sí, muchas veces, porque muchos seguidores de la banda son jóvenes que nunca pudieron vernos actuar, mientras que a los otros les encantaría vernos de nuevo. Talking Heads nunca tocó en España, por ejemplo. ¡Qué divertido sería poder actuar una semana en un teatro de Madrid o Barcelona! Eso haría feliz a mucha gente y a nosotros.
–En la introducción de las memorias describe a Talking Heads como «una de las bandas de rock más singulares y emocionantes de la Historia». ¿Cómo se lo explicaría a un joven de 2021 sin escucharles?
–Le diría que no solo teníamos un sonido nuevo y un aspecto diferente, sino que logramos evitar todos los clichés del mundo del rock de 1975.
–¿A Tina y a usted les preocupó alguna vez que Byrne se llevara la mayoría de la atención por parte de los medios?
–Es absolutamente normal que la audiencia se fije en el cantante, pero nunca tuvimos problemas con eso. Además, te puedo asegurar que mucha gente miraba también a Tina y eso David lo odiaba. Siempre quería y necesitaba ser el centro de atención.
–De hecho, en el libro usted escribe: «Se podría decir que Tina y yo fuimos el equipo que hizo famoso a David Byrne. Fuimos muy buenos poniendo el foco en él».
–Es que al principio David era muy torpe en ese sentido. Se sentía incómodo y no era muy consciente de sí mismo socialmente. No tenía materia de estrella de rock, pero Tina y yo lo alentamos. Cuando nos preguntaban si era una especie de idiota raro, siempre decíamos que no, que era un genio. Éramos las únicas personas del mundo que creíamos en él y estábamos felices de que fuera el cantante, porque sabíamos que, juntos, podíamos dejar una huella en la Historia de la música.
–Pues se enteraron de que Byrne dejaba la banda por un periódico.
–Sí, por un periodista de Los Angeles Times que me llamó para confirmar si era verdad que la banda se había separado. Antes de esa llamada, ninguno de nosotros tres sabíamos nada. Mi primera reacción fue de tristeza y pérdida, porque grupos como Talking Heads solo aparecen una vez en la vida.
–¿Por qué cree que lo anunció así?
–Desde 1979, David mostró interés por su carrera en solitario, había publicado varios discos. Tina y yo, también, con Tom Tom Club, pero siempre pensamos en Talking Heads como el proyecto principal. En 1991, un tipo de Warner le dijo a David que, mientras existiese Talking Heads, nadie en la compañía tomaría en serio su carrera en solitario... Y nos dejó.
–¿Fue duro rescatar todos esos episodios del pasado para sus memorias?
–Como periodista, sabes que a la gente le gusta leer sobre los conflictos. En mi libro me ocupo de algo de eso, pero también sobre los muchos momentos emocionantes y maravillosos que vivimos juntos. Sentí que había llegado el momento de contar mi historia. Me considero un hombre muy afortunado por haber tocado en Talking Heads y en Tom Tom Club y por haber compartido mi vida con Tina. Mis sueños se han hecho realidad y me siento bien. Me siento como si estuviera en la cima del mundo.
–En la autobiografía, de hecho, la foto de portada es de Tina y usted cuando de jóvenes. ¿Es el libro una declaración de amor?
–Es un gran homenaje a ella y a nuestra vida juntos. Cuando me senté a escribir el libro, me pregunté qué es lo que hay en mi vida que sea diferente a la de los demás chicos que tocan en bandas de rock. Para mí era obvio que amar y trabajar con Tina durante casi 50 años marcaba las diferencia con los demás. Cuando la gente piensa en Talking Heads, suele pensar en David, como es natural, pero Tina también fue absolutamente crucial para la banda.
–¿Censuró Tina algún pasaje del libro cuando lo escribía?
–No, Tina no lo leyó hasta el borrador final para ayudarme a editarlo y verificar algunos datos, pero disfrutó mucho de él y estoy agradecido. ¡Habría sido terrible si no le gusta!
–Una noche de 1974 en el CBGB, le propuso a la cantante de Blondie, Debbie Harry, que fundara Talking Heads con ustedes, pero ella respondió muy seca: «Ya tengo una banda, pero puedes invitarme a una copa». Y a continuación se marchó. ¿Cómo cree que habría sido la banda si hubiera aceptado?
–Si hubiera aceptado, estoy seguro de que habría sido mágico. Tina y yo amamos a Debbie. No solo es muy hermosa, también es amable y muy generosa.
–Lou Reed quiso producir el primer álbum de Talking Heads y su manager les trajo un contrato que resultó una estafa con la que se habrían quedado sin beneficios...
–Junto a Warhol, Lou fue una de las principales razones por las que nos mudamos a Nueva York, así que fue asombroso y maravilloso que mostrara interés. Aún no me queda claro que él fuera consciente del tipo de contrato que nos ofreció su manager… aunque pudo serlo también. Pero Lou fue un gran apoyo para Tina y para mí, actuando con Tom Tom Club en CBGB. Lo extrañamos.
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